Dudo que leáis todo lo que a continuación voy a escribir, pero me apetecía hacerlo, ¿Vale? Mira que si os quejáis viene
Sara y os
revienta eh?
Perdón por el retraso, pero es que el instituto se esta convirtiendo en una especie de droga que no puedo dejar. Eso quiere decir que mi madre me cambia mi gran cerebro...
vale, mi cerebro...
vale! mi pequeño cerebro...
vale! vale! mi diminuto cerebro...
qué más quieres!? ...te odio... mi nulo cerebro... entre semana, por uno que solo piensa: estudiar, estudiar, estudiar y
ah! estudiar.
No hay mucho que contar, bueno sí, las hogueras.
Quedé con mis adorables y majas amigas en ir a por madera, las cuales solo me dejaron coger
ramitas que se habían caído de los árboles, y casi que tampoco, al ver que cuando cogí un
palé que estaba alejado del GRAN montón de
palés que estaban más allá, se me calló de las manos y de una forma fantasmal llegó a parar al GRAN montón de
pales que estaba más allá,
probocando una estampida de
palés que estaban más allá de la cual escapamos de milagros. Cuando conseguimos meter algunos en el carro (yo quise jugar también al
teris, pero no me dejaron) trajeron una cacho furgoneta para meter los 30
palés que habían allí, vamos, que el juego del
tetris que les llevó 45 minutos de reloj no sirvió para nada. El primer inconveniente fue meter todos aquellos
palés en la furgoneta, el segundo subir yo. Aquella furgoneta tenía el escalón ese muy alto, (a unos 30 cm más o menos) y yo corría el peligro de caer, me agarré con fuerza a la puerta, apoyé el pié, pegué un
saltito con el que todavía seguía apoyado en el suelo y...caí. Al final tuvieron que bajar de la furgoneta y subirme a empujones. Ya subidos y en marcha tardamos un poco en llegar. El siguiente reto fue sacar los
palés. Todos menos yo cogieron un
palé y se fueron a dejarlo en un
montoncito al lado de la demás madera, "
padreamiga" me dijo que cogiera uno también, y yo como buena samaritana acepté, no recuerdo muy bien lo que pasó, solo recuerdo que "
padreamiga" me diese el
palé y todos se abalanzasen sobre mí gritando: "
Noooo!!! Aleja eso de
Sandraaa!!!" antes de que otros tres
palés más cayesen de nuevo,
fantasmalmente, al suelo. Acabé en la otra esquina del campillo con un
palito en las manos dibujando en la arena un
patito.
Cuando conseguimos (consiguieron, yo aun seguía dibujando el
patito) montar la hoguera me dejaron acercarme, y como vi que sobraron
pales les pedí que me hicieran una
casita, así de bonita quedó:
Y acabó en esto:
Después de esto me sentaron en la
mantita que habían traído con las cartas y no me dejaron que me moviese. A las nueve y media trajeron los
bocatas y decidimos encender ya la hoguera que al ver tanta gente se
acojonó, o eso es lo que creo yo, porque mientras que la hoguera de al lado fue acercar el fuego y casi quemarles los pelillos del bigote la nuestra hizo una llamita que nos dio esperanza y se apagó llevándose nuestras ilusiones...
jó, que poético... tras varios intentos y después de llamar de nuevo a "
padreamiga" conseguimos encenderla. Nos pusimos a cenar, jugamos a las cartas, y cotilleamos un rato. Más tarde llegó la hora, la esperada hora.
Sisi, una querida amiga, lleva una chaqueta de la que todas deseamos que se deshaga y esa noche era el momento, rompimos la chaqueta en varios pedazos, cogimos uno cada una y bailamos alrededor de la hoguera cantando "
hit me
baby one more time" y cuando acabamos tiramos los trozos al fuego. No hubo mucha más cosa, excepto el momento del carro. Nos subimos a un carro y nos tiraron por una rampa mientras yo gritare,
ahem: ¡NO QUIERO
MORIIIIIIIIR!
Y aquí acaba mi emocionante historia. ¿Os ha gustado? Ya lo sabía.
Bien y ahora, mi querido
Dani/Pan, tu momento tan esperado :)
Disfruta tu derrota.
Orbuá! Pocos, pero queridos lectores.